Abandonar la zona de confort las coloca en una situación vulnerable, pero es necesario hacerlo de vez en cuando. Con tal de ahorrarse el mal trago de adentrarse en terreno erótico desconocido, la mayoría de las mujeres acaban cayendo en un sexo programado: mismos preliminares, posturas conocidas, sexo oral Por eso, hay que probar cosas nuevas, como las contenidas en esta lista recogida por 'Prevention'. A pesar de la controversia sobre la existencia de esta zona de placer femenina, hay muchas féminas que ni siquiera lo han buscado. Este suele estar a unos dos centímetros del interior de la vagina, en la parte superior de la pared, asegura el psicoterapeuta Gary Brown. En una tienda de campaña, en el patio trasero de la casa, en pleno campo o en una terraza: todas las mujeres deberían valorar nuevos escenarios El experto recomienda a todas las damas que lo busquen aplicando lubricante en uno o dos dedos. Cuando se encuentre, hay que hacer un movimiento de dedos como diciendo 'ven aquí'. No importa si no se llega al orgasmo, ya que, apunta Brown, lo importante es disfrutar de la exploración. Así lo asegura la terapeuta sexual Kat Van Kirk.
Procesamiento local
Escuchamos sobre estos ejemplos en los bienes de comunicación todo el tiempo, explica la profesora Sarah Gervais, la psicóloga que dirigió el estudio. Las mujeres también perciben a las mujeres de esta forma, agrega. Procesamiento local Se sabe que para procesar la asesoría visual el cerebro utiliza distintas herramientas: puede percibir el objeto en su totalidad, el llamado procesamiento global, o como una colección de distintas vegüenzas, el procesamiento local. El procesamiento común es utilizado principalmente cuando se prostitución de reconocer a personas. Para ello el cerebro no se enfoca únicamente en la forma de la napias, por ejemplo, sino procesa el lugar donde la nariz se encuentra en relación con los ojos y la boca, es decir la cara como un todo. El procesamiento local, por otra parte, se utiliza principalmente para reconocer objetos. Cuando el cerebro percibe una casa, por ejemplo, procesa sus partes: su puerta, sus ventanas, etc. Pero es poco probable que pueda reconocer a una persona mirando únicamente un brazo o una pierna. Para investigar si nuestro cerebro utiliza estos mismos procesos cognitivos en el agradecimiento de hombres y mujeres, la doctora Gervais y su equipo llevaron a cabo una serie de experimentos.
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Consiste en interrumpir a las personas entretanto llevan a cabo sus actividades diarias y pedirles que registren los pensamientos que tienen en el momento cubo, en el lugar determinado. Terri Fisher y su equipo de investigación de la Universidad Estatal de Ohio hicieron esto utilizando contadores de clics. Se los dieron a estudiantes universitarios divididos en tres grupos y les pidieron que presionaran y registraran cada tiempo que pensaran en sexo, comida o sueño. En el estudio, el macho promedio tenía 19 pensamientos sobre amor al día. Una cifra mayor que la de las mujeres, que registraban aproximadamente 10 pensamientos al día. O les parece que cualquier vaga efecto cuenta como si fuera un elucubración. O una combinación de ambas. Algunas personas dijeron que pensaban en amor solamente una vez al día, entretanto que uno de los entrevistados registró clics, lo cual equivale a un pensamiento sexual cada dos minutos. Si quiere jugarle una broma cruel a alguien, dígale que levante la baza y que solo la baje cuando haya dejado de pensar en un oso polar.
1 Buscar el punto G
Que algo no sea claro y exequible nos resulta a veces un acicate, sobre todo cuando se refiere al sexo El deseo es un auténtico cóctel químico. Para las mujeres, fault embargo, depende de las fluctuaciones hormonales. Ellas suelen sentir una mayor inclinación a buscar encuentros sexuales durante el periodo de ovulación o incluso durante la regla. Pero hay que reconocer que depende de cada mujer; si les preguntas directamente, cada una te puede dar una respuesta distinta. Acudir directamente a la caza de antedicho deseo nos puede llevar a denial encontrarlo. Sin embargo, no todo es terreno baldío. El equivalente de Ashley Madison en el país transalpino realizó un estudio con una sorprendente muestra de diez millones de personas, baza hombres como mujeres.