Pero la tragedia es ante todo una obra poética. Sus personajes hablan en verso, con toda clase de refinamientos de estilo y son siempre a actitudes, concepciones o comportamientos. Los orígenes de la tragedia son tan antiguos como oscuros y las opiniones al respecto muy variadas. El ditirambo, una composición dedicada a Dioniso, se hizo bastante popular a partir de la segunda mitad del siglo VI a. Se trata de una composición con contenido mítico y seguramente no exenta de cierto tono satírico y burlesco en la que los participantes del coro a la vez que entonaban el ditirambo introducían una elemental acción mediante gestos y ademanes para reforzar el sentido del canto. Este nombre puede deberse a que los coreutas miembros del coro iban revestidos con pieles de macho cabrío o a que en el ritual dionisíaco se sacrificaba un macho cabrío. Y los temas heroicos proporcionaron una fuente inagotable de relatos, personajes y situaciones para componer tragedias.
Espazo ABALAR
Querían conocer su futuro. Cuando se enfrentaban a una decisión difícil, los hombres y mujeres de la Antigüedad se hacían preguntas muy parecidas a las nuestras y, como nosotros, preferían denial arriesgarse sin garantías. Sus presagios solían basarse en el vuelo de las aves o en las vísceras de animales sacrificados. Pero para los griegos la adivinación no era solo una cuestión religiosa. También una ciencia, una de las technai que Prometeo robó a los dioses, junto con el fuego, para regalarlas a la beneficencia.