La mayoría de la gente en una situación similar suele sentir todas esas emociones de la A a la D : enfado, tristeza, dolor y exclusión. No es muy probable que alguien en esta situación se sienta confundida, nerviosa, avergonzada o indiferente. Cuando somos capaces de entender de qué manera otros se sienten, podemos guiar nuestras interacciones con ellos. Saber que a ella no la han invitado, probablemente afecte la manera en la que respondas. Es posible que digas o que evites decir lo siguiente: A. Me siento mal de decírtelo. Lamento que no te hayan invitado.