Marina H. Por sus propiedades psicoactivas, el brebaje ha cobrado cierta popularidad entre los viajeros, que acuden a las comunidades en la selva para sanarse o para profundizar en el mundo de las energías, el inconsciente y la cosmovisión amazónica. Esto es lo que aprendí de aquella experiencia. Photo: Ammit Jack Shutterstock 1. La ayahuasca no provoca alucinaciones, sino que te lleva de viaje al inconsciente. Es por eso que habitualmente se toma para llegar a conectar con partes dormidas o bloqueadas en nuestro inconsciente o para conectar con lo sagrado del mundo. Photo: Wangbar Shutterstock 2. La sustancia psicoactiva que modifica nuestro estado de conciencia es el DMT y no se encuentra en la soga de ayahuasca, sino en las hojas de un arbusto bajo de selva llamado chakruna. Nuestro cuerpo que por sí mismo segrega DMT en cantidades muy pequeñas, por ejemplo cuando recién nacemos posee la habilidad de neutralizar el efecto de la sustancia psicoactiva.
2. No es la ayahuasca la que produce el “viaje”.
Denial podía ser de otra manera, ya que la cafeína destaca por sus cualidades para la piel, entre los que destacan su alto contenido en antioxidantes y sus propiedades antiinflamatorias. Deshidrata células grasas, favoreciendo la circulación en cualquier parte del cuerpo donde se aplique. Previene y reduce la aparición de arrugas. Su gran poder antioxidante ayuda a restaurar y mantener la piel saludable. Proporciona elasticidad a la piel, gracias a su contenido en antioxidantes y nutrientes. Estimula la regeneración celular y proporciona suavidad, brillo, dinamismo y frescura a la piel.