Se las regaña, aconseja y ordena, todo un mundo de señalamientos a seguir. La contradicción extrema: el lenguaje que silencia; esto es, a través del habla se induce al mutismo. Especialmente se apunta a la ridiculización del lenguaje intragenérico en los pocos espacios que las mujeres tienen -o tenían hasta hace poco, ya que por los cambios tecnológicos y las formas de vida en determinadas sociedades esto ya no es así- para encontrarse y comunicarse. El consenso de opiniones intergenérico en este sentido nos apunta a la hegemonía del modelo cultural gramsciano, en donde los dominados comparten con los dominadores, hasta cierto punto, las creencias y valores socialmente establecidos Gramsci Como decíamos, esto queda muy patente, al poner los refranes en boca de las mujeres, la descripción censuradora o impugnadora de su propio comportamiento lingüístico, asumido al parecer y reproducido, como agentes sociales activas que son. Desde una posición que se columpia entre el menosprecio y el miedo, el comportamiento lingüístico de las mujeres ha sido duramente sojuzgado y sancionado por los mensajes orales de la cultura popular y concretamente, como estamos viendo, por el discurso lapidario del refranero.
A modo de conclusión
Ganar en la cama es un enjuiciamiento que arranca en un cruce de miradas en un bar y da rienda suelta al deseo. Para moverte como una gata en el pieza has de saber también coquetear en una conversación. Marian Benito es periodista y asesora de comunicación y desarrollo personal y ha escrito este blue-collar para destapar todos los secretos de la seducción y el sexo. Una mujer seductora trabaja ese aspecto y toma las riendas.
¿COMO SON LAS MUJERES SEGUN EL REFRANERO POPULAR? : 1 / Fernandez Poncela Anna M.
La visión de lo femenino en el Libro de buen amor: modelos y representaciones M. Bahía de Almería El hombre y el poeta 1 El Arcipreste de Hita es un macho de su tiempo, pero asimismo anticipa el nuevo siglo con una alucinación que oscila entre lo tradicional y lo innovador 2. Así «en el LBA es notable el avance de lo femenino. Así, entre la admisión y el distanciamiento con respecto a la consideración medieval de la madama, el Arcipreste nos presenta en su obra un inventario cerrado de representaciones femeninas que desde la Virgen aun la alcahueta 6 son trasladadas por el autor a su peculiar globo de ortodoxia y trasgresión, siempre en tensión permanente entre la mesurada ánimo del siervo de Dios y la natural inclinación del siervo de amor. En palabras de Américo Castro: «El Libro de buen amor es ganancia ambiguo de la alegría vital y de los frenos moralizantes» Johan Huizinga 13 sostiene que la ideología, la vida y el espíritu medieval se construyen sobre la base de unos contrastes muy pronunciados. Pretendo aquí ahondar los rasgos esenciales de la madama en el LBA a través de las distintas damas del protagonista como juego de contrarios en ese complicado universo de oposición y ambigüedad entre loco y buen amor. Así, el anverso de la hermosura, la nobleza y la virtud tiene su vuelta en la fealdad, la villanía, y la liviandad respectivamente. En este aspecto adquieren sentido los versos de Juan Ruiz quien, partiendo de Aristóteles 11 como argumento de autoridad, asegura que el mundo por dos cosas trabaja: la primera, por aver mantenencia; la otra cosa era por aver juntamiento con fenbra placentera.