Aquí no hay sitio para medias tintas, aquí estamos para reconocer sin empacho y sin pudores la belleza, el morbo, la sensualidad y todo el porno interior que nos provocan las tías rellenitas, gorditas, gordas, curvy o como quieras llamarlas. Aquí no nos andamos con chiquitas. La mujer potente no cabe en la talla 40 y, cuando se suelta la faja, rebosa de sexualidad y de ganas de follar, de que se la follen y de que la veas gozando con tu carajo en la mano. Si has tenido la suerte de tirarte a una gorda sabes de qué estamos hablando.
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Ignoraba lo puta que era mi esposa. Relatos Marqueze Y que he disfrutado con ello. Pero permítanme que les cuente. Si bien he de admitir que con el tiempo me he acostumbrado e incluso ahora lo prefiero y disfruto mucho de ello, cuando la vi así por primera vez me sorprendió que hubiera sido capaz de hacer tal cosa, poco que al menos eso pensaba yo en aquella época solo hacen las prostitutas y las actrices porno. A partir de ahí la situación fue degenerando poco a poco.
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En un principio mi cuerpo parecía totalmente en forma: ni rastro de gajes anales ni vaginales. Al levantarme, la cosa cambió Tengo veintitantos años y soy una chica normalita, ni ingreso ni baja, con mis curvas, empero sin ser exageradas. Mi novio se llama Jose