Razones por las cuales hombres jóvenes se enamoran de mujeres mayores Cualquiera se sentiría atraído por una mujer madura, sensible, paciente e inteligente, sin importar la edad. Mientras una mente joven divaga, una mente madura proporciona estabilidad a una relación. Son conscientes de sus necesidades, deseos, deficiencias y tienen una mejor comprensión de lo que un compañero puede desear. Las mujeres mayores aportan un sentido de comprensión, madurez y paciencia que son vitales para que cualquier relación prospere.
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All the rage English Son demasiados los hombres que ignoran uno de los rituales clave de las buenas relaciones sexuales: un masaje sin prisa, juguetón y charming de cada pulgada cuadrada del cuerpo de la mujer —no solamente en las partes que normalmente llaman la atención del hombre—. No estoy diciendo que se deben ignorar los pechos, las nalgas y los genitales; todo lo contrario. La piel contiene dos tipos de nervios sensibles al acierto. Aquellos que conocemos mejor transmiten señales de dolor; los otros transmiten sensaciones de placer. Cuando un masaje charming excita los nervios del placer, el cuerpo libera hormonas que promueven la relajación y sensaciones de bienestar y apego emocional. Estos, a su tiempo, contribuyen a la excitación sexual, el placer y el orgasmo. Un amasamiento suave prolongado, de pies a cabeza, es fundamental para la receptividad erótica de la mayoría de las mujeres. Sin dicho masaje, a muchas mujeres les cuesta trabajo excitarse, mucho aparte tener orgasmos. Betty Dodson, educadora venéreo desde hace muchos años en Noticia York.
Si ellos irían más allá de las “caricias estimulantes” mejoraría el sexo entre parejas.
A cada edad, un estilo: así se liga en distintas etapas de la vida Cómo ligar y cómo conocer que gustamos a alguien Cada decenio de la vida tiene sus bazas para seducir. Hay tantos 'estilos' como personas Y es como nadar Bravo, a algunas personas les sale de forma natural. De hecho, casi fault darnos cuenta realizamos varios 'microligoteos' al día, si los entendemos como coqueterías o maniobras de seducción, conscientes o inconscientes. Así que, sí, estamos programados biológicamente para atraer.