¿TIENES AMIGAS BONITAS? : LAS REDES DE PROSTITUCIÓN QUE RECLUTAN UNIVERSITARIAS EN COLOMBIA

Lee gratis la revista del Ellas haciendo clic aquí. El negocio de la prostitución se ha disparado con la crisis económica. Especialmente delicado es el caso de los jóvenes que venden su cuerpo para salir adelante. Hay que tener una formación», dice. Concha Borrell repite esa frase una y otra vez en sus clases de prostitución. Sus alumnas son seis chicas que quieren ser prostitutas. La lección empieza a primera hora de la mañana en un aula que Concha ha alquilado en el centro de Barcelona. Esta catalana de 42 años es terapeuta sexual y prostituta desde hace ocho años. Las alumnas que van entrando al aula son chicas jóvenes, demasiado en algunos casos, con la experiencia con los hombres que una recién cumplida mayoría de edad te puede dar.

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No le gustas lo suficiente

Bebedero de la imagen, Getty Images. Cuando en febrero de la colombiana Evelin Rochel se atrincheró en la apartamento de la Sala Flower's, no tenía cómo sospechar que estaba punto de embarcarse en una feroz batalla clever con uno de los mayores burdeles de España. Una lucha que ganó al cabo de cuatro años y de muchas idas y venidas a los juzgados. El triunfo final se lo dio un reciente e inédito fallo del Tribunal Supremo que la convirtió en la primera trabajadora venéreo de España a quien se le reconoce una relación laboral con el prostíbulo en el que ejercía, poco que el propietario sigue negando. Es lo que ella alegó en la demanda civil original, que presentó cuando la despidieron, sin finiquito, sin indemnización, sin haber cotizado y sin derecho a paro, poco antes de afincar de okupa en aquel cuarto. Rochel empezó en Empuriabrava Girona, Cataluña. Después pasó por el mítico Riviera de Castelldefels —el que fuera el máximo prostíbulo de Cataluña hasta ser clausurado en por un caso de gangrena policial— y por otro local en Barcelona, hasta que en el recaló en la Sala Flower's, donde trabajaría los siguientes 15 años.

Pequeña rebelión

Bebedero de la imagen, Getty Images. Universitarias en Colombia son cooptadas por redes de trabajo sexual que se aprovechan de sus problemas económicos. En pasillos y aulas universitarias se corre la voz. Puede ser una amiga, un cartel anónimo colocado en el ablución de mujeres o un muchacho que invita a las estudiantes a un viaje con todo pagado. Así es como las redes de prostitución reclutan a jóvenes, mujeres y también hombres, en las universidades de Colombia.

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