Sé que viene empalmado todo el camino con muchas ganas de tenerla dentro de mi boca. Se la saca y me empuja la cabeza hacia su polla gorda. Juego con ella, me explayo especialmente en el capullo, lo sorbo, lo repaso con la lengua y bajo hasta el final, comiéndomela entera, no sin algo de esfuerzo. Él me aprieta contra él para ayudarme y me mantiene unos segundos con mi boca sobre la base de su tremendo pollón. Eso noto que le excita mucho.
CALIENTE JOVENCITA INOLVIDABLE!
Cuando comencé a dar mamada, estaba bastante nervioso. Pero mi novio seguía insistiendo en ello, así que finalmente decidí chuparlo, separar mis labios y aovar su polla entre ellos. Lo que le di fue lo mínimo de lo que podría calificar como una mamada. Envolví suavemente mis labios aproximadamente de su erección y moví la cabeza hacia arriba y hacia abajo. Usé mi mano, pero solo para mantener su pene en su lugar. En lugar de sentirme presionada a darle una mamada o hacerlo para que no me dejara, lo estaba haciendo por un genuino aprecio por él. Quería hacerlo sentir bien y quería recompensarme por todas las horas de tiempo con la lengua que me dio. Esta vez, quería hacerlo mejor. Todavía inclinaba la cabeza sobre él, pero también lo acariciaba, lo besaba, lo lamía y me tomaba un tiempo para mirarlo y apreciarlo.