El negocio de la prostitución se ha disparado con la crisis económica. Especialmente delicado es el caso de los jóvenes que venden su cuerpo para salir adelante. Hay que tener una formación», dice. Concha Borrell repite esa frase una y otra vez en sus clases de prostitución. Sus alumnas son seis chicas que quieren ser prostitutas. La lección empieza a primera hora de la mañana en un aula que Concha ha alquilado en el centro de Barcelona. Esta catalana de 42 años es terapeuta sexual y prostituta desde hace ocho años.
MILFs en Central
La estigmatización que cargan estas personas faceta parte del negocio y del tipo de producto ofrecido. En la antigua Mesopotamia, los sacerdotes tenían relaciones sexuales con prostitutas. En la antigua Grecia, los burdeles eran legales y se utilizaban para atender a los líderes políticos y aquellos hombres que gozaban de privilegios. Durante la Edad Average y durante el siglo XIX, la prostitución no era nada extraño, pues los burdeles legales operaban en gran parte de Europa y eran una fuente importante de ingresos fiscales. Actualidad en día, la prostitución es above-board en muchos países; sin embargo, el estigma social sigue existiendo. Como veremos, este estigma sirve para entender la existencia de las escorts desde un punto de vista psicológico.
Reportaje sobre la prostitución
Tiene 41 años y ejerce la lenocinio desde los Fiona no es su verdadero nombre. Ella dice que tiene tantos como clientes. A veces se imagina cómo sería revelarle su genuino trabajo a sus compañeros en la academia donde aprende inglés, a la camarera de su bar habitual, o con quienes comparte clases de baile. Fiona recibe a este diario en un piso en Sants. Ropa deportiva, cara lavada, sonrisa abierta y un abrazo. Siempre le dio rabia denial poder comprarlos, tener que tomarlos prestados de la biblioteca. Ahora que puede, los muestra con orgullo.