Usar tus dedos para dar placer no es solo una buena forma de aprender sobre el cuerpo de tu pareja y descubrir que les gusta, puede ser el evento principal en sí. Primero, empecemos explicando la diferencia entre la vagina y la vulva. Pídele que se masturbe en frente tuyo para que puedas ver que le gusta. Si es muy tímida para demostrarte, es tiempo de hacer una pequeña investigación por tu cuenta.
Cosas bonitas sonidos bellos
Denial, nunca. Esto es algo que los humanos pueden hacer pero otros mamíferos no, y no sabemos bien por qué. Nada de amarguras Sea por lo que sea, señala Linden, parece que estamos programados a evitar el sabor amargo. A medida que crecemos, a medida que vamos aprendiendo qué debemos comer y qué no, puede que nos empiecen a gustar algunas cosas amargas, aclara. Ocasionalmente, la genética juega un rol en nuestros gustos. Linden cita el ejemplo del culantro. Y ahora sabemos que los que lo odian tienen una mutación en un receptor olfativo particular en la nariz que detecta un químico que es liberado cuando masticas cilantro. Un estudio de gemelos que crecieron en hogares distintos muestra que el grueso de las preferencias alimenticias es aprendido, no heredado. Investiga la manera en la que la belleza nos da placer.